¡Hola a todos! Hoy va de zapatos.
Al igual que otros muchos
inventos, objetos y costumbres, la aparición del zapato data de las
civilizaciones antiguas. Entonces, el zapato no sólo se utilizaba para proteger
los pies sino que era un símbolo que marcaba diferencias entre los seres
humanos. En Egipto, sólo el faraón y los dignatarios podían llevar calzado. En
Grecia, eran los hombres libres los que utilizaban zapatos, mientras que en
Roma los esclavos andaban descalzos y los criminales lo hacían con pesados
zapatos de madera. Pero los diseños de los primeros zapatos no siempre fueron
funcionales y cómodos. Los primeros zapatos usados en la Europa moderna, se
vieron en las cortes francesas, en los siglos XIII y XV. En los siglos XVI y
XVII eran anchos y planos, poco adecuados para caminar. Otros modelos tenían el
talón tan alto y estrecho, que no solamente el desplazarse era difícil sino que
su peso originaba dolores en los tobillos. De todos modos, los modelos de
zapatos usados antes de 1600 eran incipientes y simples. Las plantillas que
protegían los pies eran hechas de corcho, cuero o piel. Para sujetar
correctamente la plantilla al pie, los fabricantes utilizaban clavos y metales.
En la Edad Media se produce un
cambio en el uso que se le da al calzado. Se ignora cualquier significado
simbólico y comienza a cobrar fuerza el gusto por lo estético. O lo que es lo
mismo, el zapato empieza a ser un elemento para ensalzar las virtudes o tapar
los posibles defectos en los pies. Durante la Edad Media se impone "la
moda" de los zapatos acabados en punta, quizá por influencia oriental a
través de las cruzadas. Pero las puntas fueron creciendo de tal forma que
apareció el zapato de punta retorcida, que se convirtió en un claro atributo de
clase.
El Renacimiento impuso, como
ocurre normalmente con la moda, la tendencia totalmente contraria; zapatos
exageradamente anchos, llamados "patas de osos" o "morros de
vaca". También corresponden a este periodo los chapines, predecesores de
los zapatos de plataforma de fines del siglo XX. A finales del siglo XVI y
principios del XVII apareció el tacón cuyo origen tiene, al parecer, una razón
práctica ya que afirmaba a los estribos las botas de montar. Sin embargo, esta
función práctica fue cayendo en desuso y el tacón se incorporó al calzado
femenino como un elemento puramente estético, y variando formas y altura se ha
mantenido desde entonces hasta nuestros días. Durante el Barroco, el zapato
adquiere todas las influencias estéticas del momento, con una marcada preferencia
por las líneas curvas, la seda, el terciopelo, los bordados, bucles y bridas.
Me compré estos zapatos en una conocida firma de vestuario de reproducción. Solo tenían este modelo y en color marrón. Así que decidí teñirlos con tinte para cuero. Los zapatos están realizados en piel de búfalo.
El tinte lo adquirí en un zapatero aquí en el pueblo. Al ser tinte, tiñe la piel manteniendo su aspecto natural. También existen pinturas para calzado, más apropiadas para pieles sintéticas. Pero estas pinturas sí dan un aspecto artificial al calzado, ya que cubren de manera opaca.
Aquí tenéis el resultado final. Creo que han quedado bastante óptimos y acertados para la época y tipo que quiero recrear.
Como curiosidad cabe añadir que hasta el siglo XIX los zapatos se fabricaban con igual forma para el pie izquierdo y derecho, lo cual da una sensación extraña al caminar. En la fotografía se puede apreciar que la suela de cuero va cosida y el tacón clavado. Son bastante rígidos y pesados. De momento me cuesta trabajo caminar con ellos. Supongo que habrá que "domarlos" poco a poco.
¡Un cordial saludo!
Pedrete Trigos.