¡Hola a todos!
Hoy vamos a analizar el mobiliario del período romántico. El estilo fernandino es una
adaptación española del “Imperio” francés, que llega tardíamente a España porque la
guerra de Independencia interrumpe totalmente la relación de nuestras artes
decorativas con Europa y especialmente con Francia. Allí, con la caída de
Napoleón, cambia por completo el estilo, pero en España, sin embargo, perdurará
durante todo el reinado de Fernando VII. Desarrollado en la época Neoclásica es
de inspiración rigurosamente clasicista con formas solidas y ostentosas. Se
trata de muebles solemnes que se inspiran en la antigüedad grecorromana, con
motivos decorativos como coronas de laurel, guirnaldas, liras...
y egipcios (esfinges) junto a otros de inspiración arquitectónica. Los asientos
con las típicas patas “de sable” en las sillas, y camas “de góndola”. La madera
predominante es la caoba pulida adornada con apliques de bronces.
En España, el estilo isabelino
surge en la época de Isabel II (1830-1909) reina de España, hija de Fernando
VII y de María Cristina de Nápoles. Sucedió a su padre en 1833 bajo la regencia
de su madre María Cristina. Tres periodos comprenden el isabelino desde el año
33 al 70; el primer periodo durante la minoría de edad de Isabel II; el
segundo, la primera época de su reinado y el tercero todo el resto de reinado
hasta su destronamiento. En el primer periodo los muebles son de tipo y
características semejantes al Imperio, siendo la caoba la madera más utilizada, o bien maderas más toscas cubiertas con chapas decorativas de palmas; las aplicaciones de bronce van
siendo sustituidas por fajas, filetes y dibujos de marqueterías muy sencillas y junquillos y medias cañas. Podemos destacar también las estrías en las patas
y alguna talla como cabezas de esfinges y garras. En el siguiente periodo
perduran las formas del Imperio y Directorio francés, siluetas como las de góndola,
de cisnes, dragones, etc. y de tipo romántico se repiten. Los muebles son muy macizos y cúbicos, con gruesas molduras fuertes y de
perfil simple, terminados en zócalos, con las patas anteriores torneadas y las
posteriores con gran caída.
Se construyen muebles en estilo
Boulle, en patas cabriolé, con aplicaciones de bronce y con centros
marqueteros, mezclando estilos y motivos de unos y otros. Los cortinajes y
colgaduras, van llenas de pliegues, caídas, borlas, flecos y lazos, como el
tocador y el dormitorio de la reina en el Palacio de Aranjuez. El mueble es
cada vez más aburguesado y modesto, los materiales son también cada vez más
pobres, a la caoba se le sustituye poco a poco, el pino chapeado con maderas
nobles, las tallas son bastas pero graciosas como expresión del arte popular. Los
bronces son simples chapas de latón con relieves troquelados, las sedas de las
habitaciones se sustituyen por papeles pintados. Aparece una madera muy rica que
alterna y sustituye a la caoba: el palo santo, que da al mueble un aspecto de
nobleza y riqueza. Solo en el mueble de la corte y de las familias acomodadas,
se sigue trabajando con marqueterías, con los fondos de ébano y palo santo y bronces fundidos, también podemos encontrar sencillas taraceas de boj y
caoba sobre fondos elípticos de boj o de limoncillo. Los métodos constructivos
y técnicos se industrializan y con la fabricación en serie de modelos económicos
se pierde la mano de obra y la perfección del acabado.
Un modelo que vuelve a repetirse
es el de las molduras rizadas. Todo es apariencia y fastuosidad, muebles con
grandes curvas, superficies marqueteadas, bronces y chapas aplicadas. Las patas
son torneadas al estilo Luis XVI o curvadas y los respaldos ovalados. Se hacen muchos muebles tapizados con muelles, y los brazos de los sofás son
suavemente curvos con formas de cisne y animales fabulosos. Las telas con mucho
relieve, revisten el mueble casi en su totalidad, sus partes vistas van alguna
vez doradas o con incrustaciones de metal y boj. Los tipos de mueble son
los mismos que en toda Europa. Por ejemplo característicos de esta época, son
los sofás de góndola con tallas en los brazos; las camas, también son de
góndola, los veladores o mesas con un pie central, son en forma de copa,
torneadas, poligonal o con tres pies, las consolas con patas planas, talladas o
enrolladas en volutas. Hay modelos de camas chapeadas y decoradas en marquetería,
incluso de metal con dosel. Hay que destacar la gran biblioteca del senado
(Madrid) proyectada por el arquitecto Ayuso en el año 1882.
Fuentes:
www.restamueble.galeon.com Fotografías de la casa palacio de los marqueses de Cerverales, Estepa. http://www.marquesdecerverales.com/
Muy interesante este apartado sobre mobiliario, Pedrete. Generalmente cuando se estudia el periodo romántico, se olvida todo lo relacionado con el amueblamiento de las casas.
ResponderEliminarEl palacio de Estepa nos ha impresionado. ¿Es visitable? Tiene toda la pinta de ser increíble.
¡Un saludo!
Pues sí, es visitable. Aunque yo todavía no lo he hecho. Algo imperdonable por mi parte, porque estoy seguro de que me encantará. Edito la entrada y cuelgo el enlace a la web del palacio.
Eliminar¡Un besote!
Me encantaron las fotos y el texto fue muy ilustrativo. Pero, las fotos... simple y llanamente me pusieron a soñar :) Ese tipo de casa, con todo y mobiliario, abundaban en los países americanos del periodo. Aunque con toques y matices diferentes. Y no te juzgues de imperdonable que yo llevo viviendo en la Ciudad de México desde hace más de treinta años y aun no conozco la Casa de la Bola https://www.youtube.com/watch?v=bpFxjUW-eX4
ResponderEliminar¡Hola Carmen!
EliminarHe estado viendo el vídeo y me ha encantado la casa, es una maravilla. La verdad es que no tenemos perdón de Dios, tú por no visitar esa maravilla que tienes en tu ciudad y yo por lo mismo. No tenemos arreglo...
¡Un besote enorme!
Buenos días.
ResponderEliminarTengo 4 sillas iguales a las de estas fotos. Creo que son idénticas, con otro tapizado. Sabe a dónde puedo dirigirme o a quién le puedan inreresar? Son herencia de mis abuelos, y muy delicadas ya para uso cotidiano. Fantásticas para decoración si se tiene espacio, pero yo carezco.
Muchas gracias.