Esnob es
un anglicismo (derivado de la palabra snob) con el cual
se denomina a una persona que imita con afectación las maneras, opiniones,
etc., de aquellos a quienes considera distinguidos o de clase social alta para
aparentar ser igual que ellos. Su plural es «esnobs». Deseosos de pertenecer a
la élite, los esnobs tienden a reproducir el comportamiento de una clase social
o intelectual a la que consideran superior. Muchas veces imitan las
características de esta clase, ya sea en el lenguaje, los gustos, las modas y
estilos de vida. Al mismo tiempo tratan con desprecio a los que consideran
inferiores. Esta forma de mimetismo social, definida por primera vez por William
Makepeace Thackeray, fue analizada por sociólogos como Thorstein
Veblen o Norbert Elias. El término es de origen
dialectal inglés, con el significado de «zapatero remendón»
—supuesta adaptación del gaélico escocés snab— y, por
extensión, una persona de clase social baja o humilde. Hace tiempo era habitual
considerar que el origen de la palabra inglesa snob era una
contracción de la frase latina sine nobilitate (‘sin
nobleza’), lo cual no está comprobado.
Ortega y Gasset da
una breve explicación del uso de la palabra snob como contracción del término sine
nobilitate explicando que: "En Inglaterra las listas de vecinos
indicaban junto a cada nombre el oficio y rango de la persona. Por eso, junto
al nombre de los simples burgueses aparecía la abreviatura s. nob. es decir,
sin nobleza”. Este es el origen de la palabra snob. El sentido moderno de la
palabra para indicar el deseo de aparentar la pertenencia a una clase social
superior se estableció a mediados del siglo XIX, gracias a una serie de
artículos publicados por William Makepeace Thackeray en la
revista Punch bajo el título «The Snobs of England by One of
Themselves», y posteriormente editados como libro en 1848. En palabras de
Thackeray: "Aquel que admira mezquinamente cosas mezquinas, no es más que
un snob".
Un petimetre es
un personaje tipo que aparece de vez en cuando en obras
de ficción. Es una persona que suele, fastidiosamente, vestir
excesivamente elegante y darse aires, aspirando a que lo vean como un
aristócrata. En inglés, se le llama fop.
El término
español «petimetre» proviene, según la RAE, del francés petit
maître ("pequeño señor", "señorito"), y
significa “persona que se preocupa mucho de su compostura y de seguir las
modas”. En sentido parecido pero más coloquial, el término «pisaverde»,
con el significado de “hombre presumido y afeminado, que no conoce más
ocupación que la de acicalarse, perfumarse y andar vagando todo el día en busca
de galanteos”. En la segunda mitad del siglo XVIII era un estereotipo
social objeto de crítica, especialmente por su ociosidad y su seguimiento
acrítico de las modas francesas y en general de todo lo francés, llegando a
extremos ridículos (incluso en la adulteración de la lengua -mezclada con la
española- o la cultura francesa -especialmente vulgarizaciones de
enciclopedistas y philosophes-). Ejemplos de ello son Los
eruditos a la violeta, de José de Cadalso y varios
episodios de las Cartas Marruecas, del mismo autor; o poesías
satíricas como las fábulas de Tomás de Iriarte y Félix
María de Samaniego. Su contrafigura, desde una postura casticista, era
el manolo o majo, proveniente de las clases
populares, e imitado estéticamente por las clases superiores.
Una de las
primeras veces en que aparece este personaje como estereotipo, es en la obra de Molière de 1671, El
burgués gentilhombre. Esta obra asume la estructura social de la Francia de
la época. Su premisa central se refiere a M. Jourdain, un burgués,
un miembro de la clase media, que intenta rehacerse como
un aristócrata y un «caballero». La comedia se centra en su
ridícula obsesión por estar vestido con demasiada elegancia, y sus vanas
afirmaciones. Este tipo aparece igualmente en la comedia de la Restauración británica,
en The Relapse (1696) de John Vanbrugh.
En la primera
década del siglo XX los héroes se hacían pasar por petimetres a fin
de poder ocultar sus verdaderas actividades.
Un dandi (del inglés dandy) es,
o quizá mejor fue, un grupo de personas o estereotipo social entre
lo literario y lo real proveniente de la pequeña burguesía o de la
reciente aristocracia, nunca de la aristocracia asentada, que se convirtieron
en un referente del vestir y las costumbres para su sociedad desde finales del
siglo XVIII hasta finales del XIX.
Fue un
movimiento nacido de la burguesía revolucionaria y post revolucionaria,
contestatario con la sociedad de su época por su nueva forma de vestir y
comportamientos altaneros aunque fracasados vitalmente; pero que
contribuyó a crear la moda masculina actual; así como el concepto de celebridad
por su elegancia y buen gusto.
La corriente
asociada al dandi se denomina «dandismo» tuvo su origen en
la sociedad inglesa y francesa de finales del siglo XVIII. Posteriormente
se iría expandiendo a otras naciones llevado por personas que habían residido
en ciudades como Londres y París. Sería el caso
de Mariano José de Larra, que no fue un dandi, pero si trajo de
Francia costumbres que chocaban con los españolas y mostrando fe en el progreso,
propio de los dandis.
Su final, es
discutido como también lo es su propia existencia. Para académicos como Félix
de Azua este llega con la Guerra Franco-Prusiana y
la Primera Guerra Mundial. Para autores como Page-Font la
figura del dandi volvió a surgir en el cine con fuerza tras las dos guerras
mundiales y, según el mismo autor, puede considerarse que perdura de una forma
u otra en nuestros días.
Macaroni, en
la Inglaterra de mediados del siglo XVIII, designaba al hombre
obsesionado con la moda que vestía y hablaba de un modo amanerado. El
término se utilizaba de forma peyorativa contra las personas que excedían los
límites convencionales en su vestimenta, hábitos culinarios y afición por
las apuestas. Igual que el que emplea un lenguaje macarrónico, el
macaroni mezclaba su pose importada de la Europa continental con su
naturaleza inglesa, lo que hacía de él un objeto propicio para
la sátira.
Los jóvenes de
la época que habían estado en Italia adoptaron la
expresión "maccherone" -que designaba a la persona
necia y ostentosa- y la usaron como adjetivo para todo lo que
estuviera a la moda. Horace Walpole escribía en una carta a un
amigo fechada en el año 1764 sobre "El Club Macaroni, formado
por todos los jóvenes viajados que lucen largos peinados rizados y usan
prismáticos". El mencionado "club" no era tal: la expresión
se usaba con un significado específico cuando se refería a los grupos de
jóvenes que vestían con un lujo enorme y pelucas empolvadas. Los
macaroni mezclaban el disfrute de la bebida, el sexo y la música con la ropa
afeminada. Se pueden considerar como los antecesores de los dandis o los
metrosexuales.
En 1773, James Boswell cabalgaba de viaje por Escocia con
el lexicógrafo Samuel Johnson, famoso por su seriedad. Johnson no
acababa de estar cómodo en la silla de montar, por lo que Boswell le espetó:
"Eres un londinense refinado, un maccaroni: no sabes
cabalgar"
En la novela
de Oliver Goldsmith Doblegada para vencer (She
Stoops to Conquer, 1773), cuando el malentendido se esclarece y el
joven Marlowe descubre que estaba equivocado, se insulta a sí
mismo como "Dullissimo Maccaroni" (combinando la voz inglesa "Dull" -estúpido,
simple- y el sufijo superlativo italiano "íssimo").
La
canción Yandee Doodle Dandy, originaria de los tiempos de
la Revolución Americana, contiene un verso que dice: "Le
puso una pluma a su sombrero y lo llamó un Macaroni". La broma
consiste en retratar a los americanos como gente tan cándida como para creer
que bastaba una pluma en el sombrero para lucir un estilo sofisticado. Existe
una discusión sobre si esta era una versión paródica elaborada por los
propios ingleses sobre el verso original, pero en cualquier caso fue adoptada
con entusiasmo por los rebeldes americanos.
Fuentes: EL Siglo de las Luces.
Fuentes: EL Siglo de las Luces.
Una entrada sumamente interesante, Pedrete. Nos ha gustado especialmente el origen de la palabra "snob", cuyo origen no lo conocíamos.
ResponderEliminar¡Un saludo!
La verdad es que no está del todo claro su significado. Yo me decano por la abreviatura s. nob. De todos estos arquetipos me quedo con el petimetre, creo que es el más castizo.
Eliminar¡Un cordial saludo!
Y yo contigo, Pedrete. A pesar de que le origen de la palabra "snob" es incierto, todo apunta a que en efecto nace de la contracción o apócope de "sine nobilitate". Me gustó mucho esta entrada por el desglose que se hace en ella de los tipos masculinos del siglo XVIII que, si te das cuenta, todo apunta hacia el mismo sitio: hombre presuntuoso y excesivamente compuesto hasta el punto de volverse poco varonil por seguir la moda. En términos actuales, los herederos de estos "dandys", "macarroni" y "petimetres", son los llamados "metrosexuales" que, adaptados a nuestra contemporaniedad, hacen gala practicamente de los mismos principios que hacían nuestros antepasados.
ResponderEliminarUn beso muy grande
Sí, en realidad todo parece estar ya inventado. Algunas veces pensamos que somos unos modernos y miramos hacia atrás y vemos que eso mismo lo han hecho ya otros mucho antes.
Eliminar¡Un besazo enorme y gracias por la visita!
Todo un erudito! He disfrutado mucho de este posteo!!! ... Aunque bien sabes que tengo mi coranzoncito con el dandismo :(... jajajaja
ResponderEliminar¡Jajaja! Ya sabía yo que iba a gustar esta entrada.
Eliminar¡Un abrazo enorme y gracias por la visita!
.
ResponderEliminar