¡Hola a todos!
¿Qué es el Siglo de Oro español? Pues como vamos a ver a continuación, mucho más que un siglo, ya que abarca un período que va desde finales del siglo XV hasta finales del XVII.
¿Qué es el Siglo de Oro español? Pues como vamos a ver a continuación, mucho más que un siglo, ya que abarca un período que va desde finales del siglo XV hasta finales del XVII.
Alegoría de la vanidad, de Juan de Valdés Leal, 1660.
El término Siglo de Oro fue
concebido por el erudito y anticuario dieciochesco Luis José Velázquez, marqués de Valdeflores (1722-1772), quien lo
empleó por primera vez en 1754, en su obra crítica pionera Orígenes
de la poesía castellana, aunque para referirse exclusivamente al
siglo XVI. Posteriormente la definición se amplió, entendiendo toda la época
clásica o de apogeo de la cultura española, esencialmente el Renacimiento del siglo XVI y el Barroco del siglo XVII. Para
la historiografía y los teóricos modernos, y ciñéndose a fechas concretas de
acontecimientos clave, el Siglo de Oro abarca desde la publicación de la Gramática
castellana de Nebrija en
1492 hasta la muerte de Calderón en
1681. Durante el apogeo cultural y económico de esta época, España alcanzó
prestigio internacional en toda Europa.
Sintetizando mucho diremos que la monarquía
Hispánica fue durante toda esa época la mayor potencia de Europa. Durante
los llamados “austrias mayores” Carlos I y Felipe II alcanzó el apogeo de su
influencia y poder, mientras que los reinados de los llamados “austrias
menores” Felipe III, Felipe IV y Carlos II, coincidentes con lo mejor
del Siglo de Oro de las artes y las letras, significaron lo que se
conoce como "decadencia española": la pérdida de la hegemonía europea
y una profunda crisis económica y social.
¡Un saludo!
Sin la fuerte crisis económica que suscitaron la política guerrera de Carlos V y de su heredero Felipe II que acabaron con la incipiente industria que se originó en lugares como Cataluña y aun la propia Castilla con sus exportaciones de merino al continente europeo durante el último lapso de la Edad Media hacia el siglo XV. Aunado a eso, las riquezas que emanaba del continente americano y que se malaprovecharon para poder pagar precisamente esa política de hegemonía militar cara al continente europeo, es dudoso que hubieran florecido el ingenio peninsular a través de las artes y las letras que se consolidaron a partir de Felipe II y se extendieron durante los siguientes Felipes. El ingenio es hijo de las crisis y a mayor crisis, mayor ingenio. El castellano obtuvo su mayoría de edad como lengua romance con la publicación de la Gramática de Nebrija en 1592, es cierto; pero se consolidó gracias a Cervantes, a Lope de Vega, a Baltasar Gracián, a Quevedo y al culterano Calderón, entre otros muchos de los preclaros ingenios que dio ese siglo de decadencia política, económica y social. Sin la corrupción que campeaba por las instituciones habsbúrgicas y que se extendía a lo largo y ancho de una sociedad marcada por la falta de dinero y por el hambre -a pesar de que del otro lado del Charco se tuviera la idea de que ataban a los perros con longanizas lo que motivo una continua inmigración que, por temporada no ha cesado aun en nuestro días ;) -, no hubiera habido Siglo de Oro, créemelo porque, finalmente, es la necesidad la que nos pone en marcha y aclara la inteligencia.
ResponderEliminar¿Realmente fue aquella crisis la que parió esa explosión de talento en el arte español? Si fue así, ¿cómo es que hoy no ocurre lo mismo? Hoy también la corrupción alcanza cotas altísimas y nos vemos sumidos en una nueva crisis de la cual parece que no terminamos de salir, y sin embargo no veo escritores, pintores o escultores del talento y magnitud de aquellos.
EliminarQueridísima Carmen, qué sería de este humilde blog sin tus cultísimos comentarios... Aunque si te soy sincero, algunas veces me abruman. Pienso que están muy por encima de mis pobres entradas y eclipsan lo poco que yo pueda contar a mi exiguo público. No puedo menos que agradecerte tus continuas visitas y tus sabios comentarios, ellos añaden lo que quizás yo mengüe.
¡Un abrazo enorme, queridísima amiga!
Mi querido Pedrete, tus aportaciones son más que interesantes y tu blog tienen un carácter muy definido que a mí, en lo personal, me fascina. ¿Sabes?, me gusta comentar porque comentar suele ser siempre el inicio de una conversación interesante. Respecto al primer párrafo de tu respuesta he de decirte que en realidad nosotros, los contemporáneos de esta crisis monstruosa, como aquellos contemporáneos de aquellas otras crisis, no sabemos en realidad como será analizada y estudiada por nuestros descendientes. Ni Cervantes, ni Lope, ni por supuesto el simpar Quevedo pensaban de si mismos que eran los artífices de una edad de oro en las artes y las letras de su tiempo. Ese "mote" se lo dimos los que vinimos detrás de ellos. Solo imagina que dirán de nosotros los que vengan siguiéndonos los pasos ;) Hay muchas cosas que han cambiado y sin embargo en lo básico y en lo fundamental, en aquello que nos hace seres humanos, seguimos siendo los mismos. Tú no sabes lo que fantaseé cuando era joven imaginando encontrarme con un Alonso de Entrerríos -al que yo le daba otro nombre, claro- para que me descubriera los secretos de esa España que solo nos queda reconstruir a partir de las lecturas. Creo que si prestáramos más atención a ese pasado podríamos entender mejor nuestro presente y hacer los cambios necesarios para construir el futuro que, como pueblo, soñamos.
ResponderEliminarDicen que el pueblo que olvida su pasado está condenado a repetirlo. Supongo que es por aquello de que de los errores se aprende más que de los aciertos. A mí personalmente me fascina esta época, pensar que un día fuimos un imperio en el que no se ponía el sol me seduce soberanamente. Quizás no todo fueran luces en aquellos años, pero me abominan todas las sombras que encuentro en nuestros días. Aunque paradójicamente he seleccionado para recrear el momento en que empieza el declive. La época en la que se decía aquello de: "Si el rey no muere, el reino muere".
EliminarPorque es el momento más atractivo, Pedrete. El momento más español, podríamos decir. Y ¡ánimo! que, aunque te tardes en lograr el efecto que tienes en tu mente con respecto a esta recreación, bien merece la pena :*
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