Hoy los cánones de estética han
variado y no poco, hoy se estila la gente delgada y alta, las pieles morenas. La
moda actual tiende también a la homogenización, la globalización ha contribuido
a ello. Pero antes cuando los medios de comunicación no eran tan rápidos como
hoy en día, la evolución de la moda era mucho más lenta. Y no solo la
climatología de cada país contribuía al empleo de tejidos más livianos o
gruesos para protegerse de las agresiones climatológicas. Si no que la propia
cultura e idiosincrasia de cada país aportaban caracteres a la moda de cada
lugar.
El lujo en la indumentaria se
tenía por prerrogativa de la aristocracia, identificable gracias a modas
vedadas a los demás. Con el fin de trocar este principio en regla
inquebrantable, e impedir «el ultrajante
y excesivo aparato de varias gentes contrario a su situación y categoría»,
se anunciaron varias leyes suntuarias destinadas a fijar la clase
de telas que la gente debía usar y cuánto podía gastar. Proclamadas por
pregoneros en calles y asambleas públicas, se señalaron, para cada condición
social y nivel de ingresos, las gradaciones exactas de tela, color, adornos de
piel, ornamentos y joyas. Se prohibió a los burgueses la posesión de vehículos
o el uso del armiño, y a los labradores cualquier color que no fuera el negro o
el pardo.
Los grands seigneurs,
dueños de múltiples feudos y castillos, no tenían dificultad en singularizarse.
Sus sobrevestes recamadas en oro, capas de terciopelo forradas de armiño,
jubones acuchillados, sus mangas colgantes, zapatos de largas puntas de
cordobán encarnado, sus anillos, guantes de gamuza y cinturones de los que
colgaban campanillas y cascabeles, y sus innumerables gorros, boinas hinchadas,
gorras de piel, capirotes, birretes, coronas de flores, turbantes y tocados de
todo género y forma, eran inimitables.
Paulatinamente con el tiempo, se
han ido arrinconando estas diferentes promulgaciones de leyes suntuarias, que las clases
dirigentes de toda la historia delimitaban su uso para mantener privilegios.
Pero esto es otra historia, una historia que cambió con la burguesía en la edad
moderna, pero que ocurría paralela a las rutas económicas, al auge de los imperios
y a las nuevas técnicas de elaboración de los tejidos.
Pedrete Trigos.
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